La figura del Eneagrama es un círculo inscrito por nueve puntos.
En griego, ennea significa nueve y gramma significa punto. Cada punto representa un estilo de personalidad distintivo que tiene su propia manera de ver, interpretar y responder a las personas y a los eventos.
Cada estilo de personalidad tiene estrategias cognitivas, emocionales y de comportamiento tanto adaptativas o de recursos como no adaptativas o de recursos para el auto-mantenimiento y la mejora, para las relaciones interpersonales y para la resolución de problemas.
Este arreglo puede ser comparado con una rueda de colores.
Si proyectas luz en un prisma, éste se expande en un espectro de los colores básicos.
Siguiendo esta metáfora, cada persona contiene todos los matices del espectro, aunque un color en particular destaca o caracteriza a cada individuo.
Desde una perspectiva psicológica, la naturaleza humana se expresa de nueve maneras naturales fundamentales; desde un punto de vista filosófico, el ser se revela a través de nueve características esenciales; desde un punto de vista espiritual, la divinidad desciende y se manifiesta a través de nueve manifestaciones terrenales.
Dentro de todos nosotros, hay ciertas cualidades universales que expresan la esencia de la persona.
Valoramos estas características esenciales como valores y nos esforzamos por realizarlas en nosotros mismos y en el mundo.
Estos principios, como la bondad, la verdad y la compasión, tienen una función adaptativa, por lo que si los seguimos, tendremos una visión objetiva hacia nosotros mismos y hacia los demás, utilizando esquemas cognitivos adaptativos, y viviremos en un estado virtuoso de ser con esquemas emocionales adaptativos.
Si nuestros valores y visiones se ven amenazados o descartados, experimentamos vulnerabilidad y podemos desarrollar una estrategia de personalidad para proteger nuestras sensibilidades y compensar las características en nosotros mismos que tememos que puedan faltar.
Esta personalidad suele ser una expresión demasiado exagerada de alguna cualidad valorada de nuestra verdadera persona.
Intenta defender y mantenernos frente a nuestros críticos, apaciguarlos, ganar su atención y aprobación, ganarlos a nuestro lado o derrotarlos.
La personalidad se basa en pensamientos, sentimientos y patrones de comportamiento repetitivos que nos dan una visión subjetiva distorsionada con esquemas cognitivos inadaptados que son impulsados por esquemas o vicios emocionales inadaptados.
Cuando funcionamos desde nuestra persona natural, nuestros valores y visión son claros y nuestra capacidad de resolución de problemas es óptima.
Cuando operamos desde las estrategias de nuestra personalidad, nuestros valores están en conflicto, nuestra visión es estrecha y opaca, y nuestras acciones son impulsivas, compulsivas, dispersas y menos efectivas.
LOS ENEATIPOS DEL ENEAGRAMA